13.4.06

PASIÓN Y SILENCIO DE FINA PARICIO

Pasión y Silencio.©Fina Paricio
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Fina Paricio muestra su obra más reciente
en Pasión y Silencio II
Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Alcañiz.
Alcañiz (Teruel). 8-23 Abril 2006
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LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL ROJO LATIDO
Esta muestra, llena de rojos y negros, nos podría muy bien acercar a Stendhal, pero la obra de Fina Paricio es más sugerente, más sutil, en su forma y en su fondo.

Rojos mediodías que abren la luz al Mediterráneo, a través de las sombras que lo seducen, pero que lo evitan. Un juego de seducción solar controlado y en equilibrio permanente.

El rojo Pompeyano que recuerda villas y jardines, reales o soñados, donde se recrean la imaginación y los sentidos. La oscuridad que vislumbra la luz y sus trastiendas, el silencio escondido que se intuye. El sigilo de una puerta que se abre en el tórrido descanso de la siesta y deja que el sol entre y lance reflejos a las paredes desde el quicio de la puerta, sin entrar del todo, pidiendo permiso para no deslumbrar, llamando con educación para deshacerse en toda la gama de rojos, de naranjas, de sugerencias y replegarse rápido a la oscuridad absoluta, al negro de la puerta que, de nuevo, se cierra.

El silencio, la quietud de un espacio lleno de pasión, de seres, de sombras que esperan quietas, semiescondidas en la penumbra, a que la puerta de nuevo se abra, entre la luz y sedan descubiertas. “Los calderones”, esos silencios que surgen entre las notas de la música y que le dan sentido, así “los calderones visuales” de Fina Paricio marcan una sinfonía personal, llena de equilibrio y minimalismo plástico, pero llena de fuerza contenida, medida para transmitir calma y a la vez tensión, búsqueda y fuga, espera...

El mínimo gesto para la mayor expresión, cual gotas, que en su perfecta esfera contienen la máxima materia de luz cuando se multiplica y se descompone.

Fina mantiene la compostura, el equilibrio formal, hasta que en un momento de tensión suprema, lo rompe y estalla descargando toda la intensidad en los cálidos y sugerentes rojos, tan vitales y terrosos que nos agarran a la tierra, a las pasiones, al tormento y al éxtasis y evitar así que nos olvidemos de nuestra piel y con los pájaros del espíritu volemos lejos.

Tierra y calor, luz y color, sol y sombra en la plaza de toros de la tarde mediterránea que nos lleva a la placidez y al abismo de las pasiones. Que de nuevo generan vida y nos permiten, con la luz, escapar de nuevo del vacío, del cosmos oscuro de la nada, que nos devora por dentro, y renacer al color. Génesis del arte y de la vida.

Fina Paricio nos muestra su madurez plástica en esta exposición llena de equilibrio, que genera, como el “Bolero” de Ravel, un “in crescendo”, una tensión roja y vital, que se suspende en un intenso segundo de negro total, en el que surge “el calderón”, el silencio que planea ligero y etéreo sobre la obra para coger una profunda inspiración vital y continuar latiendo de nuevo.

©Ángela Ibáñez

© Coordinación: Juan Carlos del Río
© Colaboraciones: Ángela Ibáñez, Ricardo Fernández y Carlos Manzano.

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